Furanoato de polietileno o polietileno furanoato, con sus siglas en inglés PEF. En el camino emprendido para acabar con la profusión, mal uso y peor desecho de los plásticos, la implantación de los de origen orgánico, los bioplásticos, como el PEF, es parte del proceso.
Antes incluso de que lleguen al mercado a gran escala, un grupo de investigación en química orgánica de la Universidad de Córdoba desarrolla un proceso para convertir los subproductos de su fabricación en “biocombustibles y compuestos químicos de alto valor”.
El departamento de Química Orgánica de la Universidad de Córdoba (UCO) es uno de los más activos en España en el desarrollo de tecnologías y procesos que mejoren la rentabilidad y la sostenibilidad en la producción de biocarburantes. Sobre todo se centra en la investigación de procesos catalíticos y el uso de enzimas tanto para fabricar biodiésel como bioetanol.
Ahora, el grupo Nanoval, del mencionado departamento de Química Orgánica, desarrolla “un proceso capaz de convertir subproductos como las huminas (materiales carbonosos poliméricos) y el levulinato de metilo (éster metílico del ácido levulínico) en biocombustibles y compuestos químicos de alto valor”, explican en un comunicado desde la UCO.
Uno de los investigadores principales del proyecto, Rafae Luque, nos explica con algo más de detalle este proceso: “los subproductos provienen de la línea de producción de la empresa Avantium, en Amsterdam (Países Bajos), que fabrica PEF, el futurobioplástico biodegradable que reemplazará al PET y que se obtiene a partir de furanos provenientes de azúcares de la biomasa; emplean residuos de cultivos agroalimentarios como fuente de los azúcares (glucosa y fructosa).
Tándem químico-enzimático
Los subproductos de esta línea de fabricación son las huminas y levulinatos que el grupo de Luque convierte en biocombustibles. “El proceso es una reacción de tipo tándem químico-enzimático en flujo continuo que permite la posibilidad de escalado a nivel industrial; las huminas y los levulinatos son compuestos que se utilizan en el sistema catalítico y se convierten directamente”, apostilla el investigador.
El proyecto, denominado Desarrollo de procesos continuos químico-enzimáticos para valorización de biomasa e impulsado por Nanoval está financiado por el programa de Retos y Excelencia (2016 – 2019) del Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidad.
Según el comunicado de la UCO, “para certificar la idoneidad de los procesos y las ventajas de apostar por dar una nueva vida como biocombustible a estos productos, se realizará una evaluación de aspectos técnicos y económicos, así como de su ciclo de vida, con el objetivo de proponer una serie de directrices para un futuro proceso industrial aplicado basado en la conversión de dichos subproductos en compuestos de alto valor añadido”